sábado, 19 de junio de 2010

Falacias de la Industria Tabacalera


esta carta es en respuesta a la nota salida en Ámbito Financiero

Lo que los productores reclaman, es uno de los mitos generados en torno al CMCT. La evidencia demuestra que los países que implementaron con éxito políticas de control de tabaco efectivas no experimentaron pérdidas de empleo como consecuencia de la caída del consumo de tabaco. Esto es así porque la demanda de tabaco, si bien se reduce, no lo hace en proporción al aumento de los impuestos, y por lo tanto la recaudación fiscal crece a pesar de una reducción en el consumo. Esto está dado por la naturaleza adictiva de la nicotina que dificulta abandonar el consumo. Si bien en el largo plazo (tal vez dentro de dos o tres generaciones) se espera que la reducción del consumo lleve a una reducción de la producción de tabaco, los tiempos son suficientemente largos como para permitir la adopción de políticas de sustitución de cultivos de tabaco que permitan evitar la depresión de puestos de trabajo a través de la generación de alternativas sustentables para las próximas generaciones.
Además, en Argentina el 85% del tabaco se exporta, de forma tal que no hay razón para justificar que la aprobación de una ley de control de tabaco a nivel nacional implique un impacto en la fuente laboral involucrada en la producción tabacalera.
Brasil, por ejemplo, el segundo productor mundial de tabaco, es uno de los países que más ha avanzado en esta materia en América Latina a través de la implementación de medidas eficaces como la prohibición de publicidad, las advertencias sanitarias con fotos en los paquetes, campañas de concientización y cobertura de los tratamientos de cesación tabáquica, entre otras.
El tabaquismo es una epidemia, primera causa evitable de muerte prematura a nivel mundial. Es un problema internacional con devastadoras consecuencias sanitarias, sociales, económicas y ambientales. Los costos sanitarios y ambientales generados por esta epidemia superan las recaudaciones fiscales por impuestos al tabaco. En países en desarrollo como el nuestro, estos costos hacen que las políticas de control de tabaco sean una prioridad en la agenda gubernamental tanto nacional como internacional.
El CMCT es un hito histórico de solidaridad y cooperación internacional para la defensa de la salud ya que prevé que los países que lo ratifiquen reciban apoyo técnico y financiero para implementar sus medidas. El tratado entiende al control del tabaco como la puesta en práctica de diversas medidas destinadas a reducir la oferta, la demanda y los daños causados por los productos de tabaco. El aumento de los impuestos al tabaco es una medida eficaz para reducir el consumo de tabaco que beneficia especialmente a los sectores más jóvenes de la población (grupos que son más sensibles a los aumentos de precio). Es por ello que esta medida se constituye como una de las medidas centrales para reducir la iniciación del consumo de tabaco.
Es por esto que nosotros los jóvenes, principal objetivo de la industria tabacalera, abogamos la ratificación del CMCT por parte del poder legislativo nacional.

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