viernes, 24 de octubre de 2014

LOBBY DE LA INDUSTRIA TABACALERA AL GOBIERNO DE MENDOZA

El ministro de Salud provincial, que aspira a ser gobernador en 2015, admitió que acordaron frenar la legislación antitabaco que la semana pasada aprobó la OMS.

La fachada parece noble: el gobierno de Mendoza acordó con las dos tabacaleras más grandes del país, Massalin Particulares y Nobleza Piccardo, la realización de un programa que aspira a que los quiscos no vendan cigarrillos a menores de 18 años. Sin embargo, la misma campaña ya se realizó en otros lugares del país sin él más mínimo éxito. Ydocumentos anteriormente confidenciales prueban que el propósito encubierto es hacer del tabaco una “fruta prohibida” para que los jóvenes empiecen a fumar.

El propio ministro de Salud provincial, Matías Roby, reconoció el verdadero objetivo de los programas: “En algún momento había un proyecto que tenía que ver con gravar los cigarrillos. Este fue uno de los temas que tocamos en una reunión con Massalin Particulares y Nobleza Picardo, y acordamos justamente evitar que este proyecto progresara“, admitió.

La suspicacia crece si se tiene en cuenta que el acuerdo se conoce una semana después de que casi 180 países acordaran subir los impuestos a los cigarrillos en una reunión de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es decir, lo que el ministro Roby se comprometió a no hacer. Y justamente lo que desde las Naciones Unidas hasta el Banco Mundial consideran como la medida más efectiva para frenar la epidemia de tabaquismo, basados en una voluminosa literatura científica que incluye más de cien estudios e investigaciones que el gobierno de Mendoza parece desconocer.

Hay más declaraciones del ministro Roby que no dejan de sorprender, ya que son una copia calcada de los argumentos de la industria tabacalera. Por ejemplo, dijo que el objetivo del programa es “reforzar a nivel familiar la figura del fumador responsable”, una denominación usada por Nobleza Piccardo y Massalin Particulares y que sugiere que es posible un consumo responsable de un producto que provoca adicción, discapacidad y muerte.

No obstante, el ejemplo más palpable de que el ministro apeló al léxico y los argumentos de la industria tabacalera es su acusación a las ONG de ser “absolutistas islámicos”. Es exactamente lo mismo que propuso en un reporte el Tobacco Institute, un grupo de lobby del que participan las casas matrices de Nobleza Piccardo y Massalin Particulares: llamó a usar los programas como un “cebo” para “forzar las críticas de los antitabaco”, hacerlos parecer “extremistas”y “desalentar” la legislación. Roby le hizo caso.


La ineficaz campaña acordada consiste en colocar carteles en 5.500 quiscos con las leyendas “No vendemos cigarrillos a menores” o “No vendemos cigarrillos ilegales”. Esta maniobra tiene antecedentes en todo el mundo desde los años 80. Particularmente en distintos puntos de Argentina se realizó la campaña “Yo no vendo a menores”, que en realidad encubre una estrategia de marketing, descubierta a través de documentos anteriormente confidenciales de las tabacaleras que salieron a la luz durante los juicios en los Estados Unidos.
Esos papeles prueban que la industria fomenta las prohibiciones de venta a menores para hacer del tabaco un “fruto prohibido” e incentivar a los jóvenes a fumar. De hecho, así lo hacen a través de la publicidad, como la campaña mundial que Marlboro lanzó este año Argentina, que apunta exclusivamente a los adolescentes. Por eso el Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS advierte que la prohibición de venta sólo funciona si se la acompaña de la prohibición total de publicidad.
Lo más insólito es que el ministro Roby piense que en su provincia va a funcionar un programa que fracasó en el resto del país. De hecho, según Nobleza Piccardo, ya se realizó en más de 110 mil puntos de venta. Pero la realidad muestra que conseguir cigarrillos para un niño sigue siendo tan fácil como comprar caramelos. Es más: un relevamiento reciente que incluyó a Mendoza probó que el 73,3% de los quioscos no cumplen con las restricciones a la publicidad de cigarrillos.
Quizás la respuesta a tanta incoherencia no está en la eficacia del programa, sino en el bolsillo de la cartera que conduce Roby. El propio funcionario reconoció que “se buscó conseguir los fondos que se recaudarían para programas de deporte y prevención”, dijo. En otras palabras, admitió que el objetivo fue el dinero, que nadie sabe a ciencia cierta ni su monto ni para qué se usará, ya que el contenido de los acuerdos le fue negado a Infobae. Si el objetivo es reducir el consumo, como sugirió, la pregunta es por qué no propuso las políticas que impulsa la OMS y que ya fueron probadas en otros países.
Los documentos secretos de las tabacaleras muestran, además, que con estas iniciativas las empresas buscan posicionarse como un actor responsable dentro de la sociedad. Es la propia industria la que admite puertas adentro que hay que alentar este tipo de acuerdos para frenar legislaciones más duras. En efecto, no es casual que hayan elegido una provincia con muchos proyectos antitabaco en su haber, como el de prohibición de publicidad, que en no más de 15 días deberá tratarse en el recinto. Los representantes de las tabacaleras ya visitaron los despachos de varios legisladores. Al parecer, ya tienen el voto del oficialismo.


B!


(Reproducción de información escrita por Juan Parrilla en el diario INFOBAE)